fractura aplastamiento vertebral

Las fracturas vertebrales osteoporóticas constituyen un problema clínico significativo, especialmente en la población geriátrica, siendo la osteoporosis la principal causa subyacente. Epidemiológicamente, estas fracturas representan una carga creciente para la salud pública, con una prevalencia que se incrementa con la edad y una marcada asociación con factores de riesgo osteoporóticos.
La clasificación de las fracturas vertebrales osteoporóticas se basa en diversos sistemas, como el de Genant, que considera la altura vertebral comprometida y la morfología de la fractura. Este enfoque facilita una categorización precisa que guía la estrategia terapéutica.
Desde la perspectiva terapéutica, las fracturas vertebrales osteoporóticas demandan un enfoque multidimensional. La gestión conservadora se centra en medidas analgésicas, restricción de actividad y terapia física. Sin embargo, la vertebroplastia y la cifoplastia han emergido como intervenciones eficaces en casos de dolor persistente o fracturas inestables.
La vertebroplastia y la cifoplastia son procedimientos mínimamente invasivos que implican la inyección de cemento óseo en la vértebra fracturada para restaurar la estabilidad y aliviar el dolor. Aunque ambas técnicas comparten objetivos similares, la cifoplastia se distingue por la creación de un espacio intravertebral mediante la introducción de un balón antes de la inyección de cemento.
En resumen, las fracturas vertebrales osteoporóticas, eminentemente vinculadas a la osteoporosis, requieren una evaluación y manejo integral. La vertebroplastia y la cifoplastia, como opciones terapéuticas avanzadas, ofrecen beneficios significativos en el alivio del dolor y la restauración de la función vertebral, contribuyendo así a mejorar la calidad de vida en pacientes afectados por esta patología. La elección del enfoque terapéutico debe ser individualizada, considerando la gravedad de la fractura y la respuesta clínica del paciente.